[…] alle Getaufte Priester seien und jene geweihten Priester vor ihnen nichts als den öffentlichen Dienst am Evangelium voraus haben, diesen aber auch treu und gewissenhaft sich zur Pflicht machen sollen; jene Weihe sei nichts als ein kirchlicher Brauch für die Bestellung der Prediger.
"Todos los bautizados son por igual sacerdotes; mas no todos deben ejercitar los ministerios del culto. Es preciso que sean elegidos por la comunidad local... Si en alguna localidad no hubiera ningún presbítero, bastarían los padres de familia para enseñar la doctrina evangélica... La condición necesaria para ser elegido ministro del culto, pastor o presbítero, es la idoneidad para enseñar la palabra".
La comunidad -dice P.R. Santidrián- está basada en el bautismo, el evangelio y la eucaristía (que no es necesaria para la salvación). Entre las diversas comunidades no habrá otra unión que la del espíritu. Nada de leyes coactivas, sólo la palabra de Cristo.
La estructura de la comunidad reformada es de base popular. La comunidad elige a los ministros y les delega sus poderes. Todos están sometidos a la comunidad, son como funcionarios civiles, sin carácter indeleble, sacramental. En este primer intento de comunidad democrática y carismática, Lutero llega hasta la creación de una caja común, administrada por un comité de nobles, burgueses y campesinos.
[...]
¿Qué es la Iglesia? "Es la comunidad de los que creen en Cristo", "el común de todos los cristianos", "el santo pueblo cristiano". La fe común es el lazo invisible que une a todos los cristianos. Por eso "la Iglesia es invisible", porque la fe es invisible y porque Cristo, su cabeza invisible, sólo se reconoce por la fe.
Los únicos signos visibles de la Iglesia son el bautismo, el pan y el Evangelio. "Donde veas que no está el Evangelio, allí no está la Iglesia...".
Pedro R. Santidrián. Lutero. Madrid: Labor, 1991 (Grandes personajes), pp. 115-116.
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