En la primavera de 1523, salió a la luz Que Jesucristo nació judío, una obrita escrita en alemán, en la que el Dr. Martín Lutero por primera vez aborda la «cuestión judía» de una forma directa y no tangencial, como hasta entonces había hecho, ya que sus comentarios sobre los judíos casi siempre los había pronunciado en el ejercicio de su actividad exegética, como lector in Biblia. Es por eso que se le considera el primero de los Judenschriften luteranos. Uno de los objetivos que se propuso Lutero al escribir este libro fue, a instancias del duque de Anhalt, defenderse de las falsas acusaciones que los papistas lanzaron contra él en el trascurso de la Dieta de Núremberg, donde se decía que el doctor negaba la divinidad de Cristo y, por ende, la virginidad de María, por afirmar que Jesús era solo de la «simiente de Abraham», lo cual para muchos de sus adversarios era tanto como proclamar una nueva herejía. Pero, aparte de este objetivo que podríamos considerar de índole personal, el doctor también expresa en el prólogo de este tratado su deseo de convencer a «algunos judíos», con pasajes extraídos del Antiguo Testamento, de que Jesús era el verdadero Mesías que prometieron los profetas y que en Él se cumplían todas las profecías divinas.
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